Hoy que el enredo es infinito el chico de negro me convence para perderme por los bajos de Moncloa. Hoy que le digo a Nuria que se tome una y no hace falta convencerla para que se pierda por las discos, por los pasillos, por los coches y los baños de Moncloa. Esos que siguen iguales pero con distinta gente.
Hoy que ya es muy tarde, Nuria y yo nos miramos porque la juventud se zarandea, se cae, me quema y el tiempo se para para bailar reggaton en el Scrufy.
Hoy que cierro los ojos y llamo al italiano porque cada esquina me recuerda a él. Neroni gracias eres un recuerdo de besos y abrazos, de peleas y carreras, de alcohol y droga, que por segundos me devuelve la sonrisa.
Hoy que salgo con yankees de 23 años el tiempo continua. Hoy que los rubios predominan beso a quien no tengo que besar y ya no me acuerdo porque voy pedo. Hoy que el garrafón se convierte en veneno. Hoy que vuelvo a ser mala el polvo se convierte en semilla, espero que no crezca nada de la nada, hoy que respiro y respiro de otra forma no me arrepiento de nada, pero nadie es como yo.
Hoy que le escribo y le digo que le debo un beso y el beso se pierde en el silencio. Hoy que ya no me dan miedo sus ojos negros cierro los mios y duermo.
Hoy que no sé cómo me atrevo... no quiero que se pare el tiempo...
lunes, mayo 24, 2010
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