jueves, marzo 30, 2006

Hoy que me da un beso y si le apetece me da otro

Ella que siempre me rompe los bolsillos y deja que el alma vuele. Lore que me da un beso, y si le apetece me da otro, que me mete mano en la cintura, me estira del hilo del tanga o me abraza. Ella que es mi silencio y el suyo, somos dos silenciosas que sabemos lo que pasa y el silencio nos arregla todo.

Ella que siempre que va al volante discute con él, y yo que voy detrás sonrío porque sé qué es la complicidad de la discusión, del cariño, la amistad…

Hoy que hace mucho que no la veía, me lo sigo pasando igual de bien. Me río y se ríe, la abrazo y me besa. Hoy que la saco de farra de cuarentis y me gusta que sea feliz. Ella que se esconde para ocultar la tristeza…

Hoy que compartimos aceitunas en el Salas siento que está ahí y que la quiero, que al fin y al cabo no hemos cambiado nuestra esencia, eso que nos mantiene juntas después de tanto tiempo.

La miro, me mira y nos reímos…

Hoy que me ha vuelto a romper los bolsillos

viernes, marzo 03, 2006

Hoy que me vuelvo a quedar sola

Hoy que me siento como la lanzadera de los que buscan trabajo se me ha vuelto a marchar mi compañero de fatigas, ya me pasó en octubre, mi compi se fue a Recursos Humanos de Oracle, y ahora se marcha Fathi, el negro tunecino que me hace reír todos los días, gracias por hacerme feliz casi a diario... Somos como dos en uno, me mira y se qué le pasa, le miro y él sabe lo que quiero. El equipo perfecto que ahora navegará a la deriva...

Hoy que para mí es como el ayer, me quedo sola. El silencio es la prueba de mi espacio vital, los segundos se hacen minutos y los minutos horas y días...

Simulo que simulo, ese es mi trabajo, me lo paso bien aprendo y me quieren. Después de Terra, el infierno, toqué el cielo y aún sigo ahí. El guía que nos llevó por Egipto, Tarek, dijo que era un como un ángel y a veces me siento así...hay veces que bajo a la tierra y me hundo tanto que toco el infierno, intento no quemarme, no discutir pq luego me siento fatal, me oprime el pecho y el dolor no se va.

Pero me voy con él, me tumbo en el sofá me enreda entre sus piernas, le beso el cuello, la calva, le abrazo fuerte y vuelve la felicidad... El amor, el cariño, la pasión, siento un cosquilleo en el cuerpo que me devuelve a la vida... gracias David, yo también.