Hoy que siento la avalancha de la decepción, me callo, me indigno y quiero regresar a mi círculo vital. Hoy que quisiera no haber conocido a nadie se me vuelven a romper los bolsillos, se rasgan (el de la izquierda, el de la derecha y hasta el del culo) Hoy que quiero ignorar la verdad lloro. Le doy la razón a la mentira porque me cuesta creer la verdad que me traiciona.
Hoy que se va Vero, mi duendecillo encantado, siento que el alma se hunde, miro a nuestra ventana y lloro. Hoy que es mañana y sigo llorando...
Hoy como ayer, y como mañana, le busco y por ahora le encuentro, es lo primero que hago al llegar, saber que él sigue estando ahí. Él que también me busca y me encuentra y si no estoy mira a un lado, mira a otro y no para de mirar hasta que llego.
Él que a su manera me da su sonrisa y yo le doy mi risa. Él que es mi protector, yo que soy su niña y no quiero dejar de serlo.
Hoy que el cielo se nubla y la tormenta nos cae encima llora, y aguanto y le hablo, y a veces no digo nada porque me duele el alma. Hoy que espero que ya sea mañana para volver a recuperar la sonrisa...
viernes, marzo 02, 2007
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1 comentario:
Hoy y ayer y mañana y todos los días echo de menos a la niña del exorcista, la que me saludaba por la ventana, la que me asustaba cuando salía del ascensor, mi compañera de pitis deliciosos y de risas y tristezas y cañas y de sidras y excursiones. Ahora que estoy lejos y no me dejan usar el messenger, saco un mechero azul con luces de neon y pienso en ella, veo una simulación y pienso en ella, huelo la rosa seca de mi cuarto y pienso en ella también. Entonces repaso viejas y nuevas fotos e imagino los viajes que aún nos quedan por hacer. Sé que ella me espera porque, aunque ahora haya perdido su sonrisa, la tristeza no dura para siempre. Te quiero.
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